Argumento
En el verano de 1942 comenzaron las misiones de la 8ª fuerza aérea norteamericana sobre territorio alemán. El contingente, estacionado en Gran Bretaña, tenía por cometido principal acabar con los nudos de comunicaciones, la industria bélica y cualquier soporte que ayudara al Reich a continuar luchando. Los aviadores americanos se encargaron de las misiones diurnas, consideradas mucho más arriesgadas que las nocturnas, responsabilidad esta última que recaía en los británicos. En total, se calcula que los bombarderos de la 8ª fuerza aérea lanzaron más de medio millón de toneladas de bombas durante sus salidas, misiones éstas que se saldaron con un coste enorme, tanto en vidas humanas como en aparatos.