Argumento
Suenan las últimas notas de My Funny Valentine. La aguja se levanta y regresa suavemente a su base de apoyo. El disco deja de girar, como si hubiera perdido toda su fuerza. Silencio. - No sé qué decir... - No digas nada. - Una obra maestra en menos de tres minutos.
Chet Baker podia meter en esos escasos 180 segundos toda la pasión imaginable. Convertir una cancioncilla en una obra maestra pero toda esa sensibilidad, esa pasión, sólo estaban en su trompeta, en su voz ante el microfe Su vida fue un encadenado de desatinos. "Me he metido dentro droga suficie para matar a un cuarto de millón de personas normales", explicaba. Su último manager afirmaba: "No creo que nadie haya podido gastar tanto dinero en drogas en una sola vida". Ascendió rápidamente a las cimas más altas del jazz pero fue incapaz de mantenerse alli, despeñándose en caída libre. "De ser el jazzman de ascenso más rápido del mundillo, me he convertido en el yonqui más conocido del mundo".
Un apasionante recorrido de ida y vuelta entre el cielo y el infierno, como su música, que Martín Pardo y Miquel Jurado han abordado en las páginas de un cómic que muestra a un rebelde trabajando tanto en la creación como en la autodestrucción. Imágenes acompañadas por 40 temas musicales, lo mejor que Chet Baker grabó como trompetista y cantante. Incluyendo, por supuesto, las dos históricas versiones de My Funny Valentine.
Chet proyectó en su música toda la pasión que en la vida no sabía ni podía canalizar, sólo a través de la trompeta podía compartirla. Pon el automático. Así My Funny Valentine puede estar sonando toda la noche.