Argumento
Kochalka se representa a sí mismo como un joven elfo. Las pequeñas anécdotas que ilustran su vida cotidiana muchas veces destilan una ingenuidad que desarma cualquier prevención o prejuicio y que nos devuelve esa curiosidad permanente de la mirada infantil: contemplar un copo de nieve que se deshace, jugar con la espuma de afeitar, mirar a su gato Spandy, disfrutar con un paquete de caramelos o con la última versión de un juego para la consola…